Doldorphin, corazón helado

El Melón tiene a veces buenas ocurrencias.Doldorphin resultó una de ellas.agotado a mitad del décimo largo, 7bSituado en el corazón del Oberland, el Dolderhorn domina las alturas de Kandersteg, pueblecito famoso por sus magníficas escaladas en hielo. Este invierno visitamos el valle plagado de cascadas y en apenas una semana nos llevamos algunas de las vías más bonitas de los Alpes. La nieve y el frío impedían -o dificultaban- el paseo por las cimas. Este verano hemos vuelto.La cara sur del Dolderhorn, que significa cuerno dorado, se erige desafiante dos mil metros por encima del valle, y queda protegida por sendos glaciares en sus vertientes Norte y Sur.En el extremo derecho del Dolderhorn se aprecia la pared Sur, a la que accedemos por el collado situado a su derecha, desde detrás, por la sencilla cara nortePoca gente se acerca a a esta pared de más de 500 mts, surcada por una única vía que apenas cuenta con una docena de repeticiones en sus 5 años de vida. Curiosamente cuando llegamos al refugio y revisamos el libro de piadas descubrimos que Joan, Toti y Xevi la habían intentado el año anterior.Esta vez eramos cuatro mosqueteros: María y Unai, Ester y yo.Dos equipos, cuatro locos con hambre de roca, pasión desbordada y cuatro cuerdas para rapelar, un factor que prácticamente anula el riesgo de enganche.MartesEscalamos en Sanech esquivando de nuevo chaparrones. Empleamos la noche del mismo martes para llegar al Wenden donde una lluvia pertinaz y persistente continuaría molestando hasta la mañana siguiente.MiércolesTapias mojadas. Bajamos a Interlaken a consultar meteo y aprovisionarnos de comida. Entre birra y birra Unai nos vende la moto del cuentacuentos. Nosotros, como niños, caemos en el encantamiento.El miércoles por la tarde subimos al Refugio de Fründen por un agradable camino que atraviesa el lago de Öschinen y gana cerca de 1500 metros en poco más de 2 horas y media (el teleférico no vale la pena).La caminata lo tiene todo: paisaje, agua, animales, restaurante a orillas del lago, panorámicas y premio al llegar a destino: la cena en la mesa.El Fründenhutte no es un refugio de escaladores. Cursillistas de glaciar y paseantes predominan en la fauna de este pequeño hotel, junto a algún guía metido en faena y las dos o tres personas que regentan el local.Las paredes de Oschinen  No esperéis explicaciones de la vía, ni siquiera las pidáis: a nosotros nos dijeron que la vía se hacía en unas 5 o 6 horas... horario más que ajustado a la vista de la reseña.Afortunadamente un cuadro en mitad del comedor se encargará de aclararnos las dudas: la topo original enmarcada y aderezada con numerosas fotos de la ascensión, y unos textos en alemán que deberían explicar las principales características de la ruta.Aunque la zona presenta otras escaladas de roca encima del lago Oschinen (Plan B y Kik  como más recomendables), el refugio únicamente  sirve de base para la escalada del Dolderhorn.JuevesNos acostamos temprano después de una cena frugal (ahhhhhh, como añoramos la Charpoua). Tocaba despertarnos a las 4:45 y empezar a caminar con el alba, poco antes de las seis de la mañana. Una hora y poco de glaciar en subida hasta un marcado collado que se atraviesa hacia la vertiente Sur de la montaña.Del collado un descenso de 150 mts conduce al plateau del glaciar Sur desde el que se yergue nuestro anhelado objetivo, un murallón vertical de 500 mts limpio de relieve, un trampolín que va enderezándose hasta alcanzar la verticalidad en su segunda mitad.Rimaya en óptimas condiciones, no así los primeros largos repletos de piedra y bloques inestablesLas nevadas abundantes de este 2013 y lo temprano de la estación contribuyeron a que los glaciares (tanto el Norte como el Sur) y la rimaya no nos amenazasen con grietas peligrosas. Tengo la mala costumbre de hundirme en cualquier grieta. El año pasado casi me caigo -desencordado- en un agujero del norte de la Marmolada, un glaciar que todo el mundo baja en bambas, y cada año que...