El cielo (quizás) estaba en las Jorasses

Por una vez, una, sólo una, he disfrutado en las Jorasses.amanece el sábado 13 de septiembre, +2 after VNo me las prometía felices.Un estado de forma tirando a justito, casi año y pico sin subirme a ninguna "gran" montaña, dos escasas incursiones en el hielo del invierno pasado, y un compañero siempre exigente  presagiaban negros nubarrones.Nubarrones que aparecieron el viernes por la tarde, cuando apurando el último trenecito de Montenvers (17:00) alcanzábamos el glacier de Leschaux bajo una fina capa de chirimiri ajena a la predicción meteorológica.Sin plaza en el refugio, sin tienda, sin funda de vivac, nuestra única opción consistió en cobijarnos bajo las mesas del refu de Leschaux esperando que la nube escampase.Nos levantamos tarde, a las cinco de la mañana, cuando TODAS las cordadas ya habían aclanzado la pared. Y premio.Qué espectáculo divisar decenas de lucecitas pululando por la norte de Grands Jorasses, observar cómo progresaban, algunas tan altas que parecían iban a acabar antes de que amaneciera.Nos desperazamos con la calma de saber que nos convenía una entrada tardía. Después de varios años de competir por ser los primeros hemos descubierto que a centenares de metros de la cordada anterior los bloques de hielo se reducen a pequeños fragmentos inofensivos, y además podremos elegir la vía menos concurrida.8:52 a.m., el sol ilumina las últimas pendientes del glaciar de LeschauxEsolvena saliendo por el Croz, como habían hecho semanas atrás Gaston y Ferran. Su topo nos advertirá de los pasos clave, y a pesar de que yerro la entrada lógica para salvar una rimaya, rápidamente ganaremos metros hasta terminar alcanzando a unos chavales italianos que se estrenan en Jorasses.rimayas, empezar a escalar siempre emocionaTato me llevará a piñón.Por mucho que lo intente, por tiempo que pase, a pesar de lesiones y parones, el cabrón siempre acaba estando más fuerte que yo.Y sin escrúpulo, siempre le endoso los largos comprometidosLargo de M4, aparentemente "interesante", se resuelve sencillo. Fisuras francas y agradables llenas de emplazamientos para el piolet y los cramponesVoy a remolque interpretando (gustosamente) mi papel de segundón. Papel que se tornará estelar cuando llego al paso clave de la vía, una sección que ha perdido el hielo con el paso de las cordadas anteriores, convertida en placa de roca tumbada sin apenas relieve.Reunión  confriend abandonado que ensamblo hasta alcanzar una placa de aspecto repulsivo calentada por el sol.  Retrocedo y refuerzo el friend. Tato se enfrentará a una sección de M6 muy delicada, quizás trampeable por un diedro (clavado) que queda a la izquierda de la placa. Pruebo y bajo. Lo tengo claro. Se me escapa. Gran jugada de tipo mucho más difícil que el resto de la vía, muy expuesto. Te juegas, cuanto menos, acabar con los tobillos a la altura de las rodillas.Non mi fa schifo se tu mi tiri la corda, sugiere el compadre italiano de la cordada posterior. Así lo hago. Ellos tuvieron la gentileza de dejarnos pasar, y ahora tenemos la oportunidad de devolverles el favor. Después de esto, una goulotte al sol con hielo perfecto y disfrutón muere en el collado cimero.Un largo en roca de IV nos deposita en la cima gloriosa. Muerto, exhausto y feliz. Contento por haber terminado con apenas un rasguño en los labios. Preocupado por la bajada que nos espera.Última tirada ya en la cara sur. Al fondo a la derecha se aprecia un riñón rocoso, el "repoissoir" que no permite relajo alguno.El descenso desde la punta Croz es más sencillo que de la punta Walker o Whymper. Rápeles directos desde la salida de la vía hasta las rocas del Repossoir. Allí destrepes interminables por una arista de nieve y roca a la luz de las frontales. Y después seguir la traza, casi una trinchera, que sortea seracs dibujados por algún artista surrealista con aires perversos. Tensión durante un buen rato hasta que alcancemos la base del glacier de Plampinceaux, mucho más llano. Poco después se alzanzan las rocas que conducen...

Camino del cielo (mallos de riglos).

Descripció de la ruta; Els Mallos de Riglos, són unes formacions geològiques situades en la població de Riglos, a uns 45 quilòmetres d'Osca capital. Tot el conjunt resta...

COLLARS, el cielo puede esperar...

Cura de humildad en el Séptimo de los Cielos. Bofetón sonoro, definitivo, inapelable.No estuvimos a la altura de este pedazo de ruta tan celestial como su nombre...